La Vall de Gallinera continua celebrant les Jornades Cavanilles – Pellicer este cap de setmana
Va ser el mes passat quan encetaren este projecte que s’allargarà fins la tardor i que continua este cap de setmana amb activitats diverses per commemorar que enguany es compleixen 225 anys del pas de Cavanilles per la Vall de Gallinera i 10 anys de la defunció de Joan Pellicer. Dissabte 1 i diumenge 2 d’abril, hi ha programades activitats botàniques i s’introduïx, com a novetat, la gastronomia.
L’any 1797 el botànic Cavanilles va visitar la Vall de Gallinera i va deixar constància de tot el que va veure en les seues Observaciones sobre la Historia Natural, Geografia, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia.
La descripció que va fer Cavanilles fa 225 anys encara es manté vigent en alguns dels aspectes que introduïx sense que desmeresca cap de les seues paraules, un tresor per conèixer com ha evolucionat, principalment, l’agricultura de la zona i com es mantenen valors paisatgístic que li donen a la Vall l’encant que permet rebre milers de visitants durant tot l’any.

«…y entré en el valle de Gallinera. Este tiene como una legua de oriente á poniente entre los términos de la Adzuvia y Planes, y apénas un quarto de norte á sur entre los de Villalonga y Alcalá de la Jovada. Su suelo es desigual y abarrancado, pero tan poblado de lugarcillos, tan bien plantado de árboles y aprovechado, que su vista deleyta ahora se exâmine por partes, ahora se observe desde las alturas. Desde el fondo hasta casi la cumbre de los montes se ven campos en anfiteatro, y en ellos la hermosa confusión que resulta de la variedad de árboles y producciones. Hay allí algarrobos, carrascas, granados, moreras, pinos, nogales, olivos y cerezos. Estos rinden mucha utilidad por su gran número, y porque fructifican cuando aun no hay cerezas en los pueblos de la comarca: hállanse plantados en las partes sombrías, y no prevalecen en las muy expuestas al sol, por el calor intenso que los recodos y cuestas causan rechazando los rayos. Con todo eso la atmósfera en el valle es ménos templada que en las huertas de Castelló, de Valencia y Gandia; por eso pereciéron en él muchos algarrobos en el invierno de 1789, quedando sin lesion los de las cercanías de dichas huertas. Aquellos que conserváron vivas las raices, retoñaron de nuevo, y muy presto darán fruto. Los olivos aunque casi enteramente abandonados, tenian mucha aceytuna en 1792; pero darian mucho mas fruto si se cuidasen como corresponde: ahora se descuidan ó por falta de luces, ó por fiar demasiado en la bondad del suelo. Sus frutos ascienden á 190 cahices de trigo, 280 de cebada, 60 de maiz, 150 entre garbanzos, almortas, habas, lentejas y altramuces, 400 arrobas de higos, 300 de aceyte, 2500 de algarrobas, 600 de pasa, 90 de cerezas, 300 de pimientos, 60 de cañamo, 10 cantaros de vino, y 250 libras de seda. Ademas se cogen como 60 arrobas de miel, y buena porcion de cera y lana.

El mes passat encetaren les Jornades Cavanilles – Pellicer, organitzades per a Unió d’Amics de la Vall de Gallinera per commemorar que enguany es compleixen 225 anys del pas de Cavanilles per la Vall de Gallinera i a més 10 anys de la defunció de Joan Pellicer. Estes jornades, com explicava el regidor de Cultura de la Gallinera, Raül Cardona, s’allargaran fins a la tardor.
Aquest cap de setmana continuem amb les activitats botàniques i com a novetat també hem introduït la gastronomia.